Patricia Collantes llegó al Auditorio Álvaro Trueba, ubicado en la Sede Matriz de la UTE, con un globo transparente y ahí escrita la palabra “papi”. La madre de la futura veterinaria, estuvo emocionada porque su difunto esposo también participaría, aunque de una forma simbólica, de la investidura del mandil a la cuarta cohorte de estudiantes de Medicina Veterinaria.

La ceremonia se realizó la tarde del sábado, 21 de enero de 2023, con la presencia de los familiares de los futuros profesionales que se preparan en las sedes de Quito y de Santo Domingo. Además, en la mesa directiva estuvieron las autoridades de la Facultad Ciencias Médicas ‘Eugenio Espejo’.

Mientras los invitados seguían llegando, Patricia Collantes contó que “a través de ese globo su esposo, Iván Garzón, estará presente en este momento especial y verá como aquello que sembró está floreciendo. Él, mientras estuvo vivo, apoyó en todo a nuestra hija -Camila Garzón Collantes- para que su sueño sea una realidad”.  

Unos minutos después de las 16:00, comenzó el evento. Recibir el mandil blanco significa la transición de las ciencias básicas a la práctica aplicada a la profesión, porque los estudiantes ya han cursado el 50% de la malla curricular de su plan de estudios.

Durante su intervención, Andrés Ortega, director de Medicina Veterinaria, hizo un recuento de la creación de la carrera. Y a los 50 estudiantes les recordó que “durante estas 3 300 horas con nosotros han demostrado tenacidad frente a las pruebas que han tenido que lidiar en su vida universitaria”.

Ahora, agregó, “vienen las asignaturas que necesitarán más esfuerzo, pero estoy convencido que su carácter, su madurez, su humanismo se conectarán con todo ese bagaje de conocimientos que van a adquirir y se convertirán en los mejores médicos veterinarios del país”.

En otra parte del evento, se ponderó el valor profesional de la madrina y el padrino de la cuarta cohorte de la carrera de Medicina Veterinaria: Luz María Granados, para la sede Quito; y Francisco Angulo, para la sede Santo Domingo.

Por su lado, la madrina invitó a los estudiantes a preguntarse una y otra vez: para qué me estoy formando, qué problema debo resolver, qué está en mis manos solucionar. Las respuestas, enfatizó, “estarán en el equilibrio entre la ciencia y la humanidad de cada uno de ustedes”.

Inmediatamente habló el padrino, quien subrayó que “la meta está cada vez más cerca y todo gracias a los esfuerzos realizados hasta el momento, las prácticas en horas de la madrugada y las tareas hasta bien entrada la noche”.

Cuando llegó el momento de la entrega de mandiles, los estudiantes y sus padres se llenaron de emociones, incluso hubo lágrimas por el profundo orgullo que sentían. Fue un momento extremadamente emotivo.

German Rodríguez, en representación de sus compañeros, tuvo unas palabras para los presentes. Aseguró que esta ceremonia era un homenaje a los esfuerzos y sacrificios de todos, pues “llegar aquí no ha sido fácil, allí están las madrugadas, las trasnochadas, las comidas a destiempo, las dificultades económicas”.

La última intervención fue de María Luisa Félix, subdecana de la Facultad Ciencias Médicas ‘Eugenio Espejo’, quien mencionó que “la labor del médico veterinario es cuidar el planeta entero. Sin ustedes no habría medio ambiente, salud alimentaria y los muy humanos estaríamos en riesgos”.

De forma que, reiteró, “ustedes son el presente y el futuro del planeta”. Les invitó a que se tomen muchas selfis y compartan en sus redes este momento de gloria, con honor y con humildad porque el camino que les toca recorrer como profesionales de la salud es largo.

Para cerrar la tarde de fiesta y alegría, hubo un brindis y música en el Patio de la Cultura de la Sede Matriz. Y el globo transparente con la palabra papi resaltó en medio de los jóvenes y sus padres que continuaron tomándose las fotos de rigor.