En las faldas del volcán Ilaló se encuentra La Toglla, una comunidad ancestral donde los docentes y los estudiantes de la Facultad de Ciencias Gastronómicas y Turismo de la UTE mantienen un proyecto para generar alternativas productivas en el sector (oriente de Quito).

La iniciativa forma parte de los proyectos de vinculación que nuestra Universidad tiene con la sociedad, un modelo activado a partir de 2016 y que busca generar un impacto positivo en el desarrollo sostenible del país a través de la gestión del conocimiento, experiencia y corresponsabilidad.

Bajo esos lineamientos, se trabaja en La Toglla; además en otros dos proyectos relacionados con el Banco de Alimentos Quito y el patrimonio inmaterial del cantón Rumiñahui, menciona Guido Santamaría, coordinador de Vinculación con la Sociedad de Gastronomía y Turismo. 

En los tres programas, agrega el docente, la intervención tiene una duración de dos años y en la actualidad ya se han cubierto dos de los tres bloques; los estudiantes de séptimo semestre son quienes participan de las actividades programadas. Por ley, cada joven debe completar 96 horas de Vinculación con la Sociedad.

Sobre el trabajo en La Toglla, nuestros estudiantes y docentes organizaron 17 talleres presenciales y virtuales para capacitar a 65 comuneros, de entre 16 y 65 años; entre los temas abordados estuvieron: cómo recibir al turista, atención al cliente, seguridad alimentaria, cocina ancestral. Al final se entregaron certificados de aprobación.

Con todo el material que se dictó en los cursos, al momento, los estudiantes elaboran las guías para que ese conocimiento quede registrado y, cuando sea necesario, se replique a otros comuneros. Paralelamente, realizan el levantamiento de todos los recursos del entorno de La Toglla; por ejemplo, atractivos turismo, flora y fauna.

Mientras tanto, en el Banco de Alimentos se planificaron actividades para mejorar los procesos y mantener su certificación internacional. El equipo de trabajo de la UTE comenzó con la inspección de las buenas prácticas de manufactura, luego vino la capacitación y al momento se elabora algunos manuales o guías.

En el tercer proyecto, los estudiantes y docentes se dedican a poner en valor el patrimonio inmaterial del cantón Rumiñahui, todo con el fin de apuntalar la identidad cultural de la zona, acota Santamaría. Para ello se realiza el levantamiento del inventario patrimonial cultural en fuentes secundarias de esa jurisdicción.

Nuestros jóvenes, apunta Santamaría, se sienten orgullos del trabajo que cumplen en cada uno de estos tres proyectos, porque se mantienen vinculados con la comunidad. Aunque en el caso de La Toglla, pondera, ese contacto más cercano con el pueblo para que se respete la comunidad y la gastronomía ancestrales.