Apresurados y con sus mejores galas, los padres de familia de los jóvenes egresados de la Facultad de Ciencias Gastronómicas y Turismo de la UTE se sentaron en las sillas dispuestas alrededor de cuatro mesas elegantemente decoradas. Ellos acudieron a la Sede Matriz (Rumipamba, entre Atahualpa y Bourgeois), para asistir a la demostración de lo que sus hijos aprendieron a lo largo de ocho semestres.

La tarde del pasado viernes, 17 de febrero de 2023, el salón Jorge Cachimuel se llenó con los memorables comensales. Mientras sus hijos alistaban, en los espacios auxiliares de servicio, todo lo referente al montaje en vivo de los platos que sus invitados degustarían.

En ese tipo de preparación se fusionaron técnicas, texturas, ingredientes, colores y formas diferentes que, en conjunto, trabajan de forma armoniosa para que la persona que acude degustación en vivo tenga una experiencia sensorial total.

Aquella prueba culinaria sería la coronación de sus esfuerzos académicos, dijo Doris Jiménez, docente de Planificación y Ejecución de Eventos Gastronómicos. Ella, muy diligente, ultimaba los detalles de la actividad académica que, al final, serviría como una nota sumativa del fin de nivel.

Antes de servir, Daniela Espinoza, directora de la Carrera de Gastronomía, tomó la palabra y recordó que este proceso integrador evaluaría tres asignaturas: Repostería Creativa, Cocina de Vanguardia, y Planificación y Ejecución de Eventos
Gastronómicos.

Justo por eso, los jóvenes se encargaron de todos los detalles de la tarde de degustación; es decir, desde el diseño de la temática hasta la elección y preparación de la comida.
Inclusive se ocuparon del protocolo (invitaciones, logística, ubicación de invitados, discursos y desarrollo del servicio); del alquiler de mesas, sillas, mantelería, vajilla, etcétera.

En todo el espacio del salón, ubicado en el cuarto piso de la Facultad, se instalaron cuatro mesas, con una temática distinta. Y en función de ello, los chicos se organizaron en grupos y diseñaron las texturas, los sabores y los colores de cada plato, contó Juan Pablo Holguín, chef supervisor de Prácticas.

Siendo un proceso integrador, en la primera mesa -con manteles verdes y blancos- se representó a Esmeraldas, a través de mezclas con coco, maní, frutas tropicales, entre otros productos de la ‘Provincia Verde’.

En otro costado estuvo la mesa con manteles negros y dorados, que simbolizó al Día de Difuntos. Y unos metros más allá, en la tercera mesa de colores de tejidos artesanales, se mostró a la Amazonía. En los dos casos, se ponderaron las técnicas de la cocina de vanguardia y molecular.

También estuvo la mesa que visibilizó al Carnaval de Ambato. Los jóvenes se inspiraron en las flores y las frutas, por eso ofrecieron un gel de rosas, mermelada de gardenia y compotas con frutas típicas de Ambato (abridor y membrillo).

Bien seguros y emocionados, los egresados de Gastronomía de la UTE explicaron en sus espacios respectivos el montaje del postre al plato. Incluso las texturas y los reactivos que usaron, cómo reacciona la materia prima mediante procesos físicos y químicos para obtener un producto final de calidad.

Y sus padres los escuchaban atentos, emocionados, orgullosos y felices. Es que fue un placer, para ellos y sus hijos, compartir una parte del entrenamiento alcanzado en las aulas y en los fogones.

De aquello dio fe Ricardo Mejía, quien tomó la palabra en representación de sus compañeros. Además, agregó que el sueño de ser chefs de la UTE se forjó gracias a las personas que confiaron en ellos, en algunos casos fueron papás, en otros las mamás, abuelitos, hermanos, tíos. Por eso, la tarde de degustación tuvo gran simbolismo y hubo sentimientos encontrados, además de una deliciosa comida de vanguardia y molecular.