Mikuna, en quichua significa comida. Y ese es el proyecto que lidera la Asociación de Cónyuges Diplomáticos de Ecuador, con el aporte de la Universidad UTE y otros aliados, para contribuir al mejoramiento del estado nutricional de los niños menores de 5 años de la parroquia de Zumbahua, del cantón Pujilí (Cotopaxi).  

Este territorio se encuentra a 3.508 m.s.n.m., abarca una extensión aproximada de 230 km cuadrados, tiene una población de 18.184 habitantes y está formada por las comunidades Michacalá, Guantopolo, Tigua Chimbacuchu, Rumichaca, Yanaturo, Talatac, Yanallpa, Sarausha, Chami, La Cocha y Ponce Quilotoa, Takaxa y Quilapungo. Se fundó en 1971, como fruto de un proceso de lucha contra las haciendas.

Ese convenio de cooperación entre la Asociación y la academia arrancó a inicios de octubre, previo a un diagnóstico de la zona a intervenir. Durante el reconocimiento se evidenció que varias comunidades no tenían acceso al agua potable, los sembríos eran reducidos por el clima seco a causa del suelo volcánico y pedregoso. La pobreza es extrema.

Aquella realidad les tocó el corazón, apuntó Tania Morales, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud ‘Eugenio Espejo’. Aclaró que la imposibilidad de sostener los cultivosaceleró la desnutrición infantil, de allí que se analizaron las opciones para financiar el proyecto que permita erradicar esa lacra.

La malnutrición es un problema de vieja data y las provincias de la Sierra Centro son las que presentan las cifras más altas, superando el promedio nacional que es del 27%. Según cifras del INEC, Tungurahua tiene el 41,3% de niños menores de dos años con este problema; le siguen Chimborazo, con el 39,3%; y Cotopaxi, con el 34,8%.

Dadas esas cifras, la intervención en Zumbagua girará en torno al mejoramiento de las condiciones de alimentación y nutricionales de los niños de las comunidades de la zona. Es decir, se realizará una intervención centrada en educación y mejoramiento tanto de las fuentes de acceso a alimentos saludables como a la preparación de estos.

Los docentes y estudiantes de algunas facultades de la Universidad UTE serán claves, pues dentro de la planificación se contempla el control de salud y el seguimiento de los niños de las comunidades participantes.

Del lado de la educación, no faltarán charlas y conversatorios sobre alimentación saludable, bioseguridad en la crianza, faenamiento de los animales y preparación de alimentos, así como en la nutrición durante los primeros 1000 días de vida.

Y las acciones no demoraron para cumplir con este objetivo, el primer evento para recaudar fondos, se realizó este fin de semana, en el Parque Itchimbía (centro de Quito).