Cada 28 de septiembre, desde el año 2007, se celebra el Día Mundial contra la Rabia (DMR), promocionado por la Alianza Global para el Control de la Rabia y en conmemoración del fallecimiento del científico Louis Pasteur, quien desarrolló la primera vacuna contra esta enfermedad. El objetivo, insistir en las consecuencias de la rabia humana y animal, y explicar la manera de prevenirla.

La rabia es una enfermedad zoonótica con una tasa de letalidad del 100%, está presente en todos los continentes y afecta a más de 150 países. En el mundo, este mal es responsable de cerca de 60.000 muertes humanas anualmente y en la gran mayoría de los casos el perro es la fuente de infección, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

De allí que, para controlar la rabia, es necesario un abordaje intersectorial y multidisciplinar con la cooperación de equipos profesionales de los sectores de la salud humana, animal y ambiental.

Ante la importancia de este Día, Andrés Ortega, decano de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía de la UTE, reflexiona sobre este tema que en la actualidad urge actuar en varios frentes de la sociedad.

Andrés Ortega, decano de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía de la UTE

1.- ¿Por qué el aniversario de esta fecha tomó más relevancia luego de la pandemia por la Covid-19?
Luego de la pandemia se creó una conciencia con todo lo que se refiere a enfermedades zoonóticas que causan la muerte en seres humanos (algunas de las patologías que transmiten los animales son una amenaza). La rabia en nuestro país se declaró ausente porque no habido casos de este mal en humanos en más de 10 años; no obstante, sí se han reportado casos aislados en animales. Por ello es importante continuar con las campañas de vacunación.

2.- Este tema es tan gravitante que fue incluido, en la nueva hoja de ruta 2030 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las campañas antirrábicas se realizan desde hace 40 años en nuestro país. Y cada región, siguiendo la normativa de la OMS, tiene que realizar ese tipo de campañas periódicas; además, manejar los casos de rabia que se presenten en humanos.

3.- ¿Cómo esta enfermedad puede ser 100% prevenible?
Es complicado prever al 100%, puesto que la rabia es una enfermedad transmitida por un microorganismo presente en muchos animales. En las ciudades, el perro es el principal difusor, pero en la naturaleza tenemos algunos animales que pueden tener el virus sin que padezca la enfermedad, allí están los murciélagos vampiros. No obstante, las campañas de vacunación preventiva en las ciudades, para que los perros y gatos estén libres de esta enfermedad, disminuye la probabilidad de que los humanos contraigan el mal.

4.- Las campañas de concientización sobre cómo identificar signos de rabia y promueven la notificación de caso de animal infectado, ¿a quienes deben ser dirigidas?
A la sociedad en general, primero para concientizar a la comunidad de que deben vacunar a sus animales de compañía. Por otro lado, que la gente sepa identificar al animal sospechoso de esta enfermedad (mucha saliva en su boca, asustado y buscando un sitio de sombra, agresividad) e informe a las autoridades.

5.- Y ¿cómo sostener el cuidado de la salud de nuestro entorno (animales que viven con los humanos)?
Es importante que entendamos el concepto de la enfermedad zoonótica e identificar a la rabia como un mal con consecuencias mortales para los humanos y animales. En ese sentido, el que todos tengamos la costumbre de visitar al veterinario de cabecera para que vacunen a nuestros animales de forma anual es importantísimo en la búsqueda de cuidar nuestro entorno. 

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