Mientras iban entrando al patio de juegos de ‘Huellas de Ternura’, el centro de educación infantil de la Universidad UTE, las mamitas se acomodaban en cinco pequeñas mesas de comedor. A las 09:00 de este viernes, 12 de mayo de 2023, les esperaba un rico desayuno y celebrar, junto con sus guaguas, el Día de la Madre. 

“La maternidad es una dualidad que involucra el amor y la alegría de tener un hijo o una hija, pero también causa dolor y angustia como resultado de la incertidumbre de ser madre. Recuerden siempre que tener un hijo es nombrar el mundo. Y recuerden siempre lo valiosas que son”, dijo la directora del Centro, Giovanna Piñeiros.

Tras los aplausos por esas sentidas palabras, anunció que entrarían en escena unos meseros profesionales para brindar un servicio de primera calidad a las madrecitas. Y las guaguas, uno a uno, entraron al patio y sus madres, como si fueran resortes, se levantaron de las sillas para dedicarse a grabar con los teléfonos las gracias de sus pequeños que estaban elegantísimos: camisa blanca, pantalón o falda negras, corbatín negro y delantal blanco. 

Antes de servir el desayuno a sus madrecitas, los chiquitos tomaron sus posiciones y dedicaron una canción: “te amo mamá, te amo mamita, tus mimos me protegen, no hay otra igual a vos”. Casi de inmediato, llegó el número central del homenaje a mamá. Cada niño, con sus manitos, iba acomodando en un plato desechable la comida que le entregaría a su madre. Lo hicieron con la ayuda de sus maestras; en los recipientes había huevo revuelto, tostada con queso, tocino, frutas picadas.

Una vez que terminaron de comer, las madres y sus hijos se hacían mimos; otras mamitas aprovecharon el momento para tomarse fotos frente a una pared que, minutos antes, se había llenado con 17 rosas y la palabra MAMÁ. 

Instantes después llegó otro detalle para las madres del centro ‘Huellas de Ternura’. Se trató de una serenata con el Coro Polifónico de la UTE; sus integrantes ofrecieron tres temas, pero el último fue uno de los más sentidos e interpretado en quichua: ‘Te entregó el corazón’ (Apamuy Shungo).

Antes de finalizar este homenaje, las mamitas recibieron otra alegría: un regalo de parte de sus guaguas. Dentro de una bolsa de papel estaba una porcelana fría, con la mano de cada uno de ellos. Las madres no dejaban de sonreír y llenarles de besos a sus guaguas.