Cuando pasaron por el laboratorio de programación de Ingeniería Mecatrónica, una de las carreras de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería e Industrias, los 11 estudiantes de la Escuela y Colegio Volcán Cotopaxi miraron de reojo a un robot que se parecía al de la película de animación Wall-E.

“¡Qué bonito, así vamos a hacer nuestros robots!”, comentaron los pequeños mientras señalaban con el dedo a la máquina que fue bautizada como Josbot. Luego siguieron su camino al laboratorio en donde reciben clases para elaborar sus propios dispositivos electrónicos.

Esta actividad extracurricular forma parte de un convenio que, semanas atrás, se firmó entre la Universidad UTE y el plantel educativo que funciona en el sur de Quito. El objetivo: que los chicos ingresen en el mundo de la robótica y la tecnología, siempre de una forma divertida y jugando.

Josbot no era la única máquina sobre la enorme mesa del laboratorio, pues a un costado estaban otros siete: Hexra con sus seis pinzas o brazos; Mickvo 3.0, en cambio, con un cuerpo de luchador de sumo; Raino y Migeru, con apariencia de cajas, pues son robots seguidores; al igual que Ókami, Hebi y Tora.

Cada uno de esos aparatos tecnológicos, elaborados por los docentes de Mecatrónica, eran admirados por los pequeños que -a lo largo de un mes, todos los martes y viernes- acudirán a la UTE para seguir con su aprendizaje.

Ya dentro del laboratorio-aula, frente a las mesas dispuestas en el espacio, los estudiantes de entre 9 y 11 años formaron parejas y abrieron los kits de seguidores en línea que tenían frente a ellos; dentro de las fundas encontraron: una pequeña plataforma, dos motores, dos llantas, un soporte, un controlador de motores y dos sensores.

Todo ese material fue proporcionado por la UTE, pues el convenio también contempla -a más de la capacitación a dos docentes del Volcán Cotopaxi (Jorge Achig y Pamela Ávila)- el acompañamiento durante el aprendizaje de los muchachos, comentó Miguel Sánchez, docente de Mecatrónica de la UTE y encargado del proyecto.

Aquella transferencia de conocimiento es necesaria porque, agregó el docente de la UTE, la robótica forma parte de esta revolución industrial instalada en el mundo y que avanza a pasos agigantados. De allí que, la programación en el aula es más necesaria que nunca.

¿Cómo se escogieron a los estudiantes? En la lista se anotaron a los pequeños que demostraron las mejores habilidades dentro de la materia de Programación y Robótica que se dicta en Volcán Cotopaxi; los chicos son de séptimo, octavo y noveno de Básica.

Adriana Orellana, otra profesora de Volcán Cotopaxi, también acompaña a los muchachos y contó que la expectativa de su establecimiento es competir en campeonatos de robótica intercolegiales, para ello se requiere que sus chicos aprendan a construir, programar y jugar, siempre con el inigualable aporte de la UTE.

Una vez que los pequeños armen la parte mecánica, los circuitos electrónicos y la programación, sus robots estarán listos para competir. El torneo interno se prevé, según lo planificado, para la cuarta semana de aprendizaje (segunda semana de febrero).

Los pequeños, en cada clase, no dejan de preguntar cómo será la competencia y si, en lo posterior, podrán hacer un robot como Wall-E. Están tan encantados con ese dispositivo que cada vez que llegan o se marchan del laboratorio, le echan una última mirada al robot de sus sueños.