Cada 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial sin Alcohol, promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), para concienciar a la población sobre las propiedades tóxicas y la dependencia que produce el consumo de este tipo de sustancia.

Por lo anterior, Augusto González, dirección General de Bienestar Universitario UTE, recuerda esta fecha como una oportunidad para reflexionar sobre este problema e informar todo el trabajo que se realiza en torno a los riesgos del etilismo.

¿Por qué necesitamos concienciar sobre la responsabilidad en el consumo de alcohol?
En esta fecha, donde se rememora el Día Mundial sin Alcohol, se busca que al menos la población joven adquiera conocimiento pleno de los efectos que provoca el licor y no solo las consecuencias problemáticas sino también el consumo que, a mediano y largo plazo, trae un sinnúmero de patologías.

¿Cuáles son esas enfermedades?
Empezando por los daños hepáticos y cardíacos, sumando las enfermedades mentales. De acuerdo a la información de la Organización Mundial de Salud, su consumo excesivo es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos (cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer, alteraciones en el sistema nervioso…).

A escala país, ¿cuáles son esos datos alarmantes?
Nos enfrentamos a un problema nada menor y que cada año afectar a personas de menores edades. El consumo de alcohol en el Ecuador, en promedio, oscila entre los ocho litros por persona al año. Es una problemática compleja, por eso no es un tema solo de leer o instruirnos, es necesario involucrarnos y empoderarnos en buscar una solución.

¿Cómo hacerlo?
Como universidad hemos trabajado en varios frentes. Al momento ultimamos los detalles de una campaña que arrancará en breve y está atada a uno de los programas de Bienestar Universitario, el cual tiene que ver en la prevención de consumo de drogas, tabaco y alcohol.

¿Qué otras acciones se planifican en la UTE?
No es de ahora, nuestra institución tiene una serie de actividades lúdicas para nuestros estudiantes y puedan desarrollarse dentro de los clubes culturales (coro, música, teatro) y deportivos (baloncesto, cherleaders, gimnasio, cross-fit, fútbol, voleibol, artes marciales). Lo que buscamos es que nuestros chicos, en sus horas libres, escojan cualquiera de esas actividades y destinen su esfuerzo y su tiempo para desarrollarse en la cultura o en el deporte.

¿Dentro de las políticas de prevención, también se incluye un proyecto de seguridad?
En el primer trimestre de este 2023, el Ministerio del Interior y la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) lanzaron el programa Universidades Seguras y la UTE es parte de esa estrategia de prevención. Aquello incluye cuidar los predios universitarios en los exteriores, cumplir la norma, tomar los correctivos; está establecido que a 500 metros de un establecimiento educativo no puede existir un local que provea licor.

Sobre las sanciones, ¿tenemos algún tipo de norma?
La UTE cuenta con la Comisión de Asuntos Disciplinarios, donde son reportados y analizados todos los casos de estudiantes que pudieran consumir cualquier tipo de sustancia que afecte la salud dentro de la universidad. Frente a una situación así, esta comisión hace el análisis del caso y termina en un proceso sancionatorio. En la UTE no hay tolerancia al tema del alcohol. 

 Paola Roldán

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