Un postre al plato, llamado unshi azar; y un entremet, bautizado como spring paradise. Con estos dos postres la Facultad de Ciencias Gastronómicas y Turismo de la UTE ganó el Concurso ‘Interuniversitario de Gastronomía’, en la Categoría de Dulce. 

“Fue una adrenalina impresionante y única, pero en cuatro horas sacamos el plato por el deseo ferviente de que los jueces lo prueben”. Coinciden en decir los integrantes del equipo de dulce: Katherine Vega (capitana), Miguel Villarreal y Karen Balseca 

El unshi azar se presentó en la segunda jornada de competencia y consistió en un sorbete de mandarina, con una crema de chocolate, una esponja de yogur, un bálsamo de melón con mandarina y una mezcla de avellanas cremoso. 

Mientras tanto, el spring paradise se mostró en la cuarta y última competencia, y consistió en una torta helada, tres o cuatro texturas encapsuladas, se incluyó un sorbete de naranjilla con banano, una base de esponjosa de coco. La decoración tenía un terciopelo de laca chocolate blanca y caramelo.  

Cuatro universidades participaron en el encuentro: Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), Universidad San Francisco de Quito (USFQ), Universidad de Las Américas (UDLA) y nuestra Alma Mater. Por cada institución hubo un equipo de sal y otro de dulce. 

El día de la premiación, el pasado 13 de mayo, nuestra casa de estudios tuvo otra gran noticia, pues obtuvo el primer lugar en el plato creativo en la Categoría de Sal, con el equipo de Diego Collaguazo (capitán), Israel Yánez y Abigail Muñoz. Además, ese logro se alcanzó con una nota perfecta de parte del jurado: 50/50 puntos. 

Esos dos logros tienen una explicación para el chef docente Marcos Valdés, decano de la Facultad de Ciencias Gastronómicas y Turismo, la consistencia en la formación en la Escuela de Gastronomía de la UTE. Nuestros chicos demuestran sus habilidades culinarias donde quiera que estén.

Más allá del triunfo, recuerda el chef docente Edgar Reyes, “en la UTE hacemos las cosas con excelencia, sacamos el máximo rendimiento de los estudiantes, lo que se ve reflejado en la industria gastronómica”. Nuestros estudiantes están dirigiendo las grandes cocinas del país y eso es básicamente por la filosofía de nuestra enseñanza: “permitir que exploten al máximo su creatividad, pero siempre ceñidos a la parte técnica”. 

Hay otro mensaje con estos dos triunfos, agrega Reyes: “todos los estudiantes de Gastronomía de la UTE son capaces de hacer lo que hicieron estos seis chicos. Ya vamos cuatro años consecutivos ganado este concurso y todos los años han sido estudiantes distintos y todos han alcanzado logros impresionantes”. 

Pero, ¿quiénes son los integrantes de los equipos de dulce y de sal que lograron esos triunfos que enorgullecen a nuestra Alma Mater?

Equipo de Dulce 

Katherine Vega (capitana)  

Fue la capitana del equipo de dulce y está en octavo semestre de la carrera de Gastronomía. Su afición a las cocinas le llegó desde muy niña, cuando miraba a su abuelita y a su madre sacar platos impresionantes de entre los fogones.  

Sin embargo, la cocina no fue su primera opción de esta quiteña de nacimiento. Primero se matriculó en Arquitectura y luego en Medicina, pero al no encontrarse en ninguna de esas carreras tomó la decisión de cambiarse. 

Y se decantó por la cocina de sal; sin embargo, a medida que pasada el tiempo se inclinó por la de dulce gracias a los consejos de su profe Hugo Maldonado. Una vez graduada, tiene planeado especializare en cocina, porque le “encanta estar en el campo de batalla”. 

Miguel Villarreal
Postuló para seguir Ingeniería en la Universidad Central, pero entre probar distintas carreras surgió la curiosidad de explorar la Gastronomía. Y allí se quedó, porque le capturó ese mundo de la técnica, la precisión y el conocer la historia de los productos.

Está en tercer semestre y una vez graduado, este quiteño de nacimiento piensa seguir una segunda carrera. Pues no le gustaría dejar de lado el sueño de su padre, quien aspiraba que su hijo siga su oficio: Arquitectura. 

En un principio estuvo decidido a seguir en el área de sal, pues le encanta todo lo relacionado con la panadería, las pastas. Pero surgió la posibilidad de probar en dulce y le encantó ese mundo complejo. Le gustaría seguir la escultura en chocolate y trabajar en las mejores carameleras de Italia. 

Karen Balseca 

Al principio no le gustaba la Gastronomía, confiesa. Pero su madre, quien tiene un negocio de asados y es de Manabí, le sugirió que probará en ese oficio y se prepare a nivel universitario; en la actualidad cursa el segundo semestre de la UTE. 

Tras hacerle caso a su madre, primero siguió algunos cursos en un instituto, luego decidió cambiarse a la UTE porque, dice, “los reconocimientos de mi Universidad destacan mucho y son sólidos en Gastronomía”. Y su madre estuvo feliz. 

Ella es la primera de tres hermanas y no le costó seguir los pasos maternos y continuar la tradición familiar, porque la licenciatura que le otorgue la UTE le hará feliz a ella y a su familia. 

Equipo de Sal

Diego Collahuaso (capitán) 

Siempre miraba a su madre cocinar, “cocina full bien los secos”. Y poco a poco le fue enseñaba algunos secretos de esa sazón única. De esa manera, no tardó en decidirse por la carrera de Gastronomía y en la UTE. Ya mismo se gradúa, está en octavo semestre; y fue el capital del equipo de sal.

Su madre sabe de panadería, pastelería, de todo un poco, y todo gracias a los cursos que, con disciplina seguía; ella es su espejo en la cual se mira y quiere imitar su entrega y su exquisita sazón. 

Con las clases y las prácticas en la U, Diego Collahuaso aprendió a hacer unos delicioso omelet y cada fin de semana su familia le pide que los prepare. Y él, muy entregado, le encanta complacerlos. 

Israel Yánez 

Es quiteño y desde pequeño quería ser un profesional de la Gastronomía y sus padres le apoyaron en su decisión. Actualmente está en sexto semestre. 

Le gusta la cocina de sal y de dulce, la primera porque es menos estricta que el dulce, pero allí está el espíritu de la cocina, improvisar, pero sabiendo las bases. Y la de dulce es más técnica y precisa en todas las técnicas. 

Su afición por la Gastronomía no le vino de nadie; sus padres se dedican a los cárnicos; pero el oficio de servir lo ha tenido desde siempre. Y ahora se visualiza inmerso en una mejora continua y especializarse fuera o dentro del país. 

Abigail Muñoz
Es de Santo Domingo y como en su tierra no hubo una licenciatura en Gastronomía, se vino a Quito. Actualmente está en cuarto semestre. 

Desde pequeña quiso estar entre las cocinas, más cuando miraba a su madre idear unos ricos potajes. Y comenzó a seguir cursos, además ayudaba a su madre en todo lo que le era posible. 

Siempre ha sido inclinada a las cosas manuales y trabajar en la cocina también es arte, dice con seguridad. Le encanta emplatar los platos, le gusto ese arte, de que se vea hermoso, porque la comida entra por los ojos. Ese es el arte de la cocina.