Alargar la vida útil de los productos y aprovechar sus propiedades al máximo, es un principio de la Economía Circular que guía a la Facultad de Ciencias Gastronómicas y Turismo de la UTE y el Banco de Alimentos de Quito; a través de esta colaboración también se procura reducir los residuos que se generan en el mundo, otro de los principios de la sostenibilidad.

Todo ello tiene un objetivo macro: buscar la transición hacia la sostenibilidad con acciones que favorezcan a las personas, el planeta y la prosperidad, en procura de avanzar con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 y transformar el mundo.

Nuestra casa de estudios y la organización no gubernamental sin fines de lucro coordinan acciones hace tres años y hasta la actualidad se mantienen varios proyectos para evitar el desperdicio de alimentos y combatir el hambre en Quito.

La Facultad de Gastronomía y Turismo trabaja con el Banco de Alimentos de Quito.

Esta alianza es oportuna más cuando “uno de los problemas que aumenta en el mundo es el desperdicio de alimentos, mientras crecen los niveles de pobreza y desnutrición”, apunta Marcos Valdés, decano de la Facultad de Ciencias Gastronómicas y Turismo.

Ante esa realidad, agrega, el Banco de Alimentos de Quito se concentra en alargar la vida de productos alimenticios descartados, con el apoyo de aliados estratégicos, como la Universidad UTE. La idea es seleccionar los alimentos desechados en mercados o empresas para redistribuirlos a personas con vulnerabilidad, mientras educamos a nuestros estudiantes con miras a un mundo mas sostenible.

Luego, gracias a la experticia de los jóvenes de la UTE, se ayuda a la formación de comedores donde se ofrecen alimentos, una vez clasificados y procesados, para las personas que más lo necesitan.

Además, estamos enfocados en desarrollar programas de capacitación tanto para el personal del Banco de Alimentos de Quito como para los beneficiarios. De esta manera, buscamos involucrarnos en todas las etapas de trabajo de la organización no gubernamental, desde la recolección del producto hasta su distribución y servicio.

Con cada una de esas acciones, los estudiantes de la carrera de Gastronomía se contagian con esa enorme labor que se hace desde varios frentes, pues no solo se enriquecen en formación académica y técnica sino también con un crecimiento ético y de colaboración.

Esta proyecto busca generar un impacto positivo en el desarrollo sostenible del país a través de la gestión del conocimiento, la experiencia y la corresponsabilidad.

El desperdicio de alimentos se frena con la labor de aliados estratégicos, entre ellos
la UTE.