Se llama Maité Bastos y cursa el noveno semestre de la Escola Superior de Ciências da Santa Casa de Misericórdia de Vitória (Emescam), en Brasil. Para seguir preparándose y mirar otras realidades vino por un mes al Ecuador, gracias al convenio de pasantías que mantiene nuestra Facultad de Ciencias de la Salud Eugenio Espejo.

“Fue una experiencia muy chévere”, dice en un perfecto español. Y sonríe con la satisfacción de haber logrado, en 30 días, un cúmulo de enseñanzas que recordará toda su vida. Llegó al país el pasado 3 de septiembre.

En el Hospital Pablo Arturo Suarez (ubicado en el norte de Quito, con cuatro especialidades básicas y 29 subespecialidades) tuvo una serie de experiencias en sus rotaciones: interactuó en las áreas de Emergencia y Ginecología.

En ese primer sitio tuvo una grata impresión, pues “todos fueron muy amables, se comunicaban conmigo muy educadamente y siempre con una sonrisa”. Pero, sobre todo, se sorprendió porque sus dudas fueron respondidas al instante.

Lo que más le impactó fue que tuvo una serie de experiencias que ni en su país las tuvo; por ejemplo, en Emergencia suturó una cabeza, revisó un electrocardiograma, participó de la reanimación de una paciente… “fue adrenalina pura”, confesó.

Maité Bastos hizo una puntual referencia a la calidad de los tutores UTE: “son muy amables e inteligentes”. Lo pudo percibir cuando el profesional hablaba con los pacientes y con los estudiantes, esa forma de trabajar permite “pasar mucha confianza con sus conocimientos y la forma de enseñar”.

Recordó un día cuando el tutor explicó -durante unos 30 minutos- sobre los diferentes procedimientos de emergencia, lo hizo “como si estuviera leyendo un libro, tuve confianza de que el médico sabía mucho y estaba en un lugar seguro para mi mayor aprendizaje”.

Luego de dos semanas en Emergencia, pasó a Ginecología y allí pudo hacer algunos procedimientos que aún no los había hecho en Brasil, como pasar el espejo vaginal, tomar sangre, “yo hago medicina para hablar con los pacientes, pasarles tranquilidad y fue una experiencia diferente en otro idioma, pero no tuve problema”.

Y al final reiteró que su paso por el Hospital Pablo Arturo Suarez, gracias a la UTE, “fue una experiencia fantástica”. Porque no solo le llenó de aprendizajes en salud, sino también en lo social y en lo cultural, pues se encariñó con la gente y se quedó maravillada con el paisaje ecuatoriano.

Hace mucho tiempo, confesó, fue su sueño viajar a otro país y hacer un intercambio para profundizar sus conocimientos médicos, y la UTE le dio ese privilegio de vivir un mes lleno de aprendizajes. Y Maité Bastos sentenció: “fue una experiencia de una vida”. 

*

¡En la Universidad UTE trascendemos!

Dirección de Comunicación, Relaciones Públicas y Protocolo