El linaje familiar de Rina Pazos, la actual decana de la Facultad de Derecho, Ciencias Administrativas y Sociales de la UTE, está ligado a la abogacía y al arte. Su padre es un reconocido letrado de Tulcán (Carchi) y su madre, una destacada pintora. De tal forma que su futuro profesional siempre se movió entre esas dos aguas. 

Al final se decantó por la primera, más cuando dimensionó que el Derecho es el arte de persuadir: “el abogado debe manejar una lógica impecable para lograr interpretar la norma a la luz de los hechos, también requiere de una retórica y capacidad de argumentación para conducir los intereses de su representado”, menciona.  

Su infancia la pasó en su tierra natal (Tulcán). De aquella época recuerda que, sin proponerse, se convirtió en la defensora de los débiles, pues gracias a su buena estatura (pese a ser la menor del grado) pudo ayudar a sus compañeros más desvalidos. Allí, sin saberlo, se fue configurando su futura profesión. 

Pero como siempre le gustó el arte, en la Universidad Central terminó matriculándose no solo en Derecho sino también en Arte; aunque al final, le ganó el pragmatismo y pensó que a través de la abogacía podría incidir más directamente en las transformaciones de la sociedad ecuatoriana.

No obstante, no dejó esa vena de artista y en sus horas de sosiego suele pintar. Es más, interpreta muy bien la guitarra, le gusta escribir, le fascina cantar y le seduce todo lo relacionado con la moda. Y como por algunos años estudió danza, también le entre con fe a esa disciplina. 

Por sus propios méritos, forjó su nombre en el circuito jurídico nacional. Mientras estudiaba Derecho, trabajó como asistente en una farmacéutica porque buscó su independencia económica lo más pronto posible. Esa precocidad fue en todo: a los tres años entró al jardín, a los cuatro ya estuvo en la escuela, a los 10 hizo el colegio, a los 16 se matriculó en la universidad.

Su ascenso profesional fue meteórico, en el cuarto año de la carrera de Derecho ingresó a un estudio jurídico de prestigio, luego trabajó en la OEA (Organización de Estados Americanos). Y cuando estuvo en otra firma de abogados, empezó a especializarse en el campo aeronáutico. 

Jamás dejó de prepararse, pese a su escaso tiempo. Luego vino una maestría en Derecho Administrativo, en la Universidad Simón Bolívar, y un doctorado en Ciencias Jurídicas Generales, en la Universidad do Minho de Portugal. 

Toda esa preparación le catapultó en cargos del Estado: el primero como Directora Jurídica del Ministerio de Minas y Petróleos, en el 2008; luego fue Subsecretaria de Desarrollo Normativo en ese mismo ministerio. También se desempeñó como Asesora del Ministerio del Interior; después Coordinadora General de Asesoría Jurídica en la Senescyt, y Viceministra de Ciencia y Tecnología en esa misma institución. 

Su experiencia en el mundo de la educación superior le permitió vincularse con la UTE. Comenzó como Directora de Investigación e implementó el sistema de investigación que actualmente tiene nuestra Universidad, Más tarde se hizo cargo del Subdecanato de la entonces Facultad de Derecho, que ella mismo fundó; posteriormente fue Directora General Académica y en la actualidad dirige el decanato de la Facultad de Derecho, Ciencias Administrativas y Sociales. 

Los logros profesionales los ha sabido combinar con su vida familiar. Ella es feliz en su hogar, con su pareja y con sus amigos, a quienes invita a casa para que degusten sus mejores platos. Le encanta cocinar porque, como dice, le relaja muchísimo. 

Entre sus apuestas inmediatas está seguir trabajando por hacer más grande a la UTE y fortalecer las carreras y programas en el campo del Derecho, de la Administración y de las Ciencias Sociales con los mejores estándares de eficiencia; además que sus graduados estén comprometidos con el desarrollo del país.